Recomienda, Elsa Punset, antes de hablar en público beber un trago de agua. Así "engañamos" al cerebro límbico (la parte emocional, la inconsciente) de tal forma que si estuviéramos en peligro de muerte, no tomaríamos un trago de agua.
Respirar profundamente desde el abdomen también nos relaja antes de hablar en público. Pablo Motos dice que las fuerzas de seguridad, los grupos de asalto, realizan una respiración anti-estrés. Consiste en respirar, aguantar la respiración 9 segundos y luego echar el aire. Por lo tanto, al echar el aire, nos relajamos y estamos mandando esa instrucción al cerebro, que se calme.
Si no funcionan estas, como decían en una seria que ahora no recuerdo, podéis imaginaros a la audiencia desnuda...y así seguramente le quitaremos parte de tensión.
También ayuda el mirar a las personas que nos miran, sin pecar en mirar siempre a la misma persona. O si es un auditorio grande el mirar al infinito...es decir, justo por encima de la última cabeza de la última fila. Si nos pone nervioso mirar a la gente en un principio podemos hacer eso y mirar al fondo. Si es un auditorio grande, la gente no se dará cuenta de que no estamos mirando a nadie y nos sentiremos más seguros.
Este video me ha parecido muy interesante, y da trucos muy buenos para perder la verguenza e inseguridad que nos entra cuando hablamos en público. En fin, que cada uno coja lo que le sirva.
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